A la fecha se fabricaron 18 equipos Res-π, en sus diferentes facetas de desarrollo, que dieron excelentes resultados para atender el colapso de los centros de salud debido a la pandemia del COVID-19.

Ingeniero a cargo del proyecto José Antonio Siñani Vilte

La Paz, 10 Ag. (RESPUESTA-DIGITAL).- El Instituto de investigación Mecánica y Electromecánica (IIME) de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) fabricó un ventilador artificial electro-mecánico a un precio de 2 mil dólares, en tiempos de pandemia, frente a otros de marcas importadas cuyo costo llega a los 120 mil dólares. Este producto innovador salvó la vida de una persona aquejada por TEC (Traumatismo Encéfalo Craneal) severo.
El ventilador artificial tiene el
nombre de Res-π (Respi)
que es la respuesta del IIME para salvar a las víctimas del COVID-19. Fue
fabricado para uso médico para los pacientes que presenten falta de oxígeno por
la pandemia,
Este equipo de ventilación asistida se encuentra
calibrado bajo las normas y estándares internacionales de equipos respiratorios
ISO 10651, con un antecedente de a ver salvado la vida a un paciente con TEC
(Traumatismo Encéfalo Craneal) severo. Actualmente se encuentra en la tercera a
cuarta etapa de desarrollo, siendo un equipo de uso médico con altas
probabilidades de éxito.
A la fecha se fabricaron 18 equipos Res-π, en sus diferentes facetas de
desarrollo, que dieron excelentes resultados para atender el colapso de los
centros de salud debido a la pandemia. Algunos de estos dispositivos fueron
adquiridos por docentes de la misma casa de estudios superiores para uso
particular, con la supervisión de un médico especialista, y otros se encuentran
talleres del IIME.
“Las personas que optaron por adquirir el ventilador se
encuentran actualmente con una salud estable”, indicó Siñani Vilte.
La inversión para la fabricación del equipo fue de 14.000
bolivianos en tiempos de pandemia; frente a 120.000 dólares americanos, precio
regular de un ventilador de marca Hamilton que es de uso hospitalario, es por
esta razón que docentes de la facultad y las autoridades universitarias optaron
por adquirir este equipo, dando así un impulso a la continuidad de la
investigación y perfeccionamiento del Res-π.
Siñani Vilte recordó que al empezar la cuarentena rígida
el 2020 se contactó con varios estudiantes campeones de robótica les dijo: “Te
quieres aburrir en tu casa o quieres trabajar en un proyecto para hacer
respiradores para salvar vidas, me contestaron: claro le metemos; llevamos todo
lo necesario a los laboratorios de la academia, ahí dormimos, convivíamos
prácticamente todo el tiempo que duró la cuarentena rígida”, acotó el Ing.
Siñani.
El 2020 la Alcaldía de La Paz facilitó un vehículo y el
permiso de circulación para conseguir los componentes en tiendas de electrónica,
así también acceso libre al Laboratorio de
Prototipado de la Secretaría Municipal de Desarrollo Económico para acabar
prontamente el proyecto.
“Este proyecto se desarrolló al buscar una alternativa en
el manejo del ambú (equipo de ventilación artificial manual), tratando de no
usar mucha valbuleria, lo más fácil era usar el ambú por ser un material médico
certificado con valbuleria interna, circuito paciente y accesorios que ya nos
evita la aprobación del material que se va a usar y así proteger de material
contaminante al paciente”, mencionó Siñani.
Esencialmente, el Res-π suministra ventilaciones
electro-mecánicas controladas, según la resistencia de los pulmones, mediante
un brazo de presión al ambú el cual proporciona la ventilación al paciente
mediante una mascarilla adherida a las vías aéreas del sujeto con una
calibración digital y la supervisión de un médico especialista.
La cuarta versión del el
Res-π paso por un proceso arduo de fabricación,
desde el prototipo a la más reciente adaptación, 120 días de intenso trabajo,
el proyecto fue creado para dar ventilación electro-mecánica de emergencia a
pacientes con COVID- 19.
La ingeniería desarrollada consta de un piñón,
cremallera, equipo de engranaje elaborado en impresoras 3D, mecanismos de precisión,
monitor de presión, una placa electrónica,
tecnología Arduino que controla los movimientos mecánicos y hardware.
Para la monitorización digital, se implementó una tarjeta
de control de sistema Raspberry de Linux, la cual nos permite monitorizar al
paciente desde el visor del equipo o por un sistema de telefonía móvil
preservando la salud del médico.
Las dimensiones son de alrededor de 40 centímetros por 25
centímetros con un peso de 10 kilos, y una batería interna de 45 minutos
duración, en su máxima capacidad, en caso extremo.
“Queremos agregarle sensores para que sea de circuito
cerrado; tuvimos que hacerlo lo más hermético posible para el mantenimiento de
limpieza sin afectar los componentes electrónicos”, detalló Siñani y agregó que este proyecto se
encuentra en proceso de conseguir una patente y registro en el Servicio Nacional de Propiedad
Intelectual (SENAPI) a nombre de la UMSA.
El equipo RESPI (π) se encuentra ya en su etapa de
actualización con un futuro ya proyectado, para las siguientes versiones, se
tiene previsto contar con una turbina mecánica remplazando al ambú que
permitiría reducir el volumen del equipo y así contar con un conector para la
cigarrera para su uso en vehículos de emergencia y se busca trabajar junto a la
facultad de Medicina y centros médicos de la misma universidad.
El proyecto no se
pudo concluir satisfactoriamente, puesto que un equipo médico tiene que ser probado por bastante
tiempo según la categorización de los pacientes para recibir una certificación,
explicó Siñani.
El ventilador artificial Res-π tiene como principales
creadores al MSc. Ing. Jaime E. Sánchez Guzmán, director IIME de la Facultad de
Ingeniería UMSA, al Ing. José Antonio Siñani Vilte ingeniero electromecánico
UMSA; al entonces universitario ahora ingeniero Grover Quiquisani Aduviri y al
Ing. Cristian Saravia Yapuchura, ingeniero electromecánico UMSA. Los últimos
actualmente se encuentran desempeñando trabajos en Europa y Asia; fue un logro
de la facultad de Ingeniería, de la carrera Electromecánica con el apoyo del
Gobierno Autónomo de la ciudad de La Paz, durante la gestión del ex alcalde
Luis Revilla.
Texto y foto, periodista Ruddy Laura Condori