- Una evaluación de los principales escándalos financieros que se produjeron entre 1996 y 2019 que involucraron a empresas de reconocida trayectoria internacional como: ENRON, Bernard Madoff, Mf Global, Cendant, Jerome Kerviel, Lehman Brothers, Bernard Ebbers, Yasuo Hamanaka, Flowtex y Credit Suisse.
La Paz, 15 Ag. (RESPUESTA).- Los escándalos financieros
mundiales de los últimos años resultados muy costosos para reputación y
confianza de los auditores financieros que trabajan en los mercados financieros
internacionales. Situación que podría atribuirse a los fallos en la formación
profesional, la confiabilidad de las tecnologías, la responsabilidad de las
instituciones de contabilidad e ideologías y los valores de las firmas
auditoras.
Estas son las conclusiones a las que llega la universitaria Zaida
Ivonne Quispe Choquehuanca en su artículo, difundido en la revista estudiantil
del Instituto de Investigaciones de Ciencias Contables Financieras y Auditoría (IICCFA)
en su edición No 01.
En la nota, hace un repaso de los principales escándalos
financieros que se produjeron entre 1996 y 2019 que involucraron a empresas de
reconocida trayectoria internacional como: ENRON, Bernard Madoff, Mf Global,
Cendant, Jerome Kerviel, Lehman Brothers, Bernard Ebbers, Yasuo Hamanaka, Flowtex
y Credit Suisse.
“Después de analizar, estos escándalos, es posible señalar
que los mismos ocurren debido a la falta de transparencia de los directivos de
las organizaciones que juntamente con sus contadores ocultan información a sus
clientes, reguladores y accionistas”, asevera la autora.
Señala las siguientes razones: 1) Falta de transparencia y
veracidad en la información facilitada a los mercados al tratar de superar las
previsiones de los analistas, presentando una imagen atractiva de la empresa,
pero lejos de la realidad; 2) Concentración del poder y fuertes relaciones con
el poder político; 3) Carencia de ética profesional y cultura empresarial; 4)
Enriquecimiento abusivo de ejecutivos y 5) Fallos de las instituciones
reguladoras debido a que las leyes y regulaciones sectoriales que son
deficientes o poco exigentes y que favorecen actuaciones fraudulentas.
Asimismo, hace un recuento de los factores que reducen la
capacidad de la auditoría. Entre ellas: la imposibilidad de detectar los
fraudes, la falta de escepticismo profesional puede lograr que el auditor no
tenga principios éticos de objetividad e independencia y la excesiva confianza
en el personal de la empresa.
Recalca que los casos como Enron, WorldCom, Parmalat y entre otros
causaron la desconfianza de los inversionistas respecto a la confiabilidad de
los estados financieros. “Se cuestionó la eficiencia de las auditorías de
estados financieros y causó una crisis en la credibilidad de la profesión
contable”.
También atribuye esta falta de credibilidad de los estados
financieros, a la competencia “salvaje” entre las grandes multinacionales es
salvaje. Las auditorías que realizan a grandes empresas son realizadas por
equipos de 10 o 12 personas y tardan hasta cuatro meses en concluir, pero lo
que realmente importa es conseguir el mayor prestigio no les importa el
resultado de las auditorías, sino el mayor número de clientes”.
Por último, hace referencia a la falta de ética de los
auditores en los siguientes casos: Fraudes, corrupción en las empresas como
sobornos, extorsión, lavado de dinero, manipulación de información, abuso de
pagos, regalos y favores, y la evasión de impuestos.